III CONCURSO CARTAS DE AMOR
Para que podades disfrutar do traballo que elaboraron os gañadores do concurso, vouvos poñer as cartas premiadas. Podedes como sempre deixarnos a vosa opinión.
1º
PREMIO: Iván Montenegro
Vasto instrumento de piel de
roble,
voz de tilo y corazón de
acero,
yo te entrego a ti mi mente,
y tú a mí tu soplo fiero.
De color sostenido y bemol
sentimiento,
embelesas mi oído con sonidos
tan bellos
que con gozo febril en tu
melodía
perviven las notas de mi
inquieta vida.
Y en ruido deplorable se
convierte
cualquier otra música que en
tus acordes alegres
intentando ascender se
desvanece.
Venerado por muchos- yo
incluido-
pero cedido a muy pocos tu
don,
eres tú, oh piano,
de nuestro disfrute la razón,
no ese simple adiestrador de
manos
que al público engatusa
con toques de teclado.
Digno
de ser idolatrado.
Digno
de sentirte vivo.
Digno
de ser quien tú eres:
de todos los instrumentos
digno rey y señor.
Digno, en fin,
de en este mundo existir.
Desde el día en que te vi
me cautivó tu hermosura
y en lo más hondo de mí
arraigó allí mi locura.
Mi corazón febril
sin ti no sobrevivía
y cuando estaba a tu lado
a latir se ponía
como si no hubiese fin.
¡Ojalá fueses-pensaba- mi
templo extraviado,
templo en la selva perdido,
para adorarte en los bosques
e idolatrarte en los ríos!
Por estar contigo a solas,
costase lo que costase,
hasta el fin del mundo iría,
y al mismísimo diablo,
si del caso se tratase,
yo por ti veneraría.
Pero en tus labios un día
oí un angustioso adiós;
de rodillas te pedía:
“no te vayas, por favor,
será deplorable mi vida
si comienzas tu partida”
Ahora que tú no estás,
ahora que en mi olvido
habitas,
intenté de ti acordarme,
pero el recuerdo es tan lejano
que no puedo ya evocar
el tiempo en que sin ti moría.
3º
PREMIO: Yerlenys Nicole T.
Brillante lágrima mía, he de
decirte que…
Desearía parar el tiempo y
que nunca te marcharas,
abrazarte fuertemente y que el
fuego en ti brotara.
Desearía ser la persona que
tú siempre echas de menos,
compartir malos momentos y
disfrutar de los buenos.
Desearía tener el valor para
mirarte a los ojos
y gritar que te idolatro, pero
vivo y muero solo.
Desearía ser el pañuelo con
el que secas tu llanto,
ser motivo de alegría en tus
días grises y largos.
Desearía que fueras la dueña
de mi universo
y te tú formaras parte de mi
extenso firmamento.
Desearía ser el hombre con
quien compartes tristezas,
curarte las heridas con cariño
y no con falsas promesas.
Desearía ser el poeta que te
escribe hermosos versos
y dedicarte mil canciones con
todos mis sentimientos.
Desearía que supieras que
daría por ti todo,
secuestrar alguna estrella o
convertir lodo en oro.
Desearía que nuestra vida
fuese un florido jardín,
y entre rosas y claveles
declarar mi afecto por ti.
Desearía que entendieras que
cuentas siempre conmigo,
pero matas mi ilusión al
llamarme buen amigo.
Te contemplo y te venero
aunque en ti Morfeo acecha,
quien tentando con abrazos
soñando a morir condena.
Soñar no cuesta nada, lo que
cuesta es levantarse,
pararse a pensar si vale tanto
la pena arriesgarse.
Deploro no haber escrito estas
palabras antes
y ahora febriles avanzan
las agujas del reloj
matándome la esperanza
de llegar hasta mi sol.
De mi felicidad y desdicha
eres, en fin, tú la causa
y aunque sé que he de sufrir
las llamas de mi pasión no
callan
anhelando con porfía
Mi preciosa pata de jamón:
Me
parece una acción deplorable cada vez que te rajo para sacarte un
cacho. Yo venero tu sustancia, tu sabor, tu olor, tanto en el
bocadillo como en la tapa.
Yo te adoro, febrilmente
porque estás hecha perfectamente; tanto tu carne como tu pezuña son
una perfecta dulzura ya que el negro y el marrón son una gran
composición. Me gusta saborear y sentir en mi paladar tu gusto
salado o de bellota como el de tu madre y no de otra. Yo te deseo
como el mejor de los quesos a un francés o el sushi a un japonés o
a un chino. Tu sabor y tu olor no son normales porque me echan para
atrás del gozo que sufro. Cada vez que te chupo, me entran ganas de
más y no puedo parar.
CATEGORÍA B (BACH,
CICLOS)> declárase deserto
CATEGORÍA C (profes)
1º PREMIO: Maia
En Vigo, un día de abril.
Pídesme que te acompañe
nunha aventura sen tempo, máis antiga cós homes; que probemos sorte
nun xogo no que ninguén gañou nunca, sen regras, sen árbitros, sen
posibilidade de trampas. Esperas que esqueza séculos de recordos, de
feridas, de medos arcanos. Disme que a vida é breve, que hai que
aproveitar o momento e romper as barreiras... que me arrisque
contigo, que me deixe arrastrar pola paixón que me brindas. Ai
Deus!, que me atreva. Nada menos. Que me atreva!!!
Acaso non me coñeces? Nada
teño que ofrecerche. A miña vida baleira, as miñas esperanzas
frustradas, este monótono sucederse de días e noites. O febril
estado en que me atopo. Nada.
Tería tanto para ofrecerche!
Se tivese paciencia. Se soubeses ler en silencios e olladas, en
palabras non ditas entre tantas palabras. Se puideses intuír, neste
vacilante corazón meu, o devezo que sinto.
Porque eu morro por ti, aínda
que dubide e o negue. Aínda que te confunda e te tolee. Eu morro por
ti. Adoro a túa compañía, a túa voz, a túa mirada. Venero a túa
tenra presenza e a solemne seriedade coa que falas. Eu morro por ti.
Idolatro o teu corpo e idolatro a túa lama. E tamén está...a
maxia, permíteme que empregue esta estraña palabra. Esa incrible
maxia que latexa entre nós, coma unha lapa.
Eu morro por ti e por esta
maxia. Pero... que podo ofrecerche? E se non abondan os fráxiles
materiais cos que alimento os meus soños? E se mañá o meu calor no
che basta?
Como podo explicarcho? Non
soporto perderte, pero teño medo da entrega. Confío en ti
plenamente e, aínda así, temo ver chegar ese día en que este
feitizo desapareza. Desexo renderme, claro que si, non vexo o momento
en que derribes as miñas defensas. Mais, sen embargo, síntome
vulnerable, abraiada, perdida, exposta... tan terriblemente asustada.
Que deplorable espiral esta, a dos sentimentos.
Vida miña, case non me
atrevo a pedircho, espera. Dáme tempo, ten paciencia. Alimenta este
lume, ti non te rendas. A miña debilidade non ten consistencia e
necesito saber que es forte, se non... que me espera?
Comentarios